miércoles, 8 de julio de 2009

ESOS LIBROS MALDITOS....


Su nombre completo es amedrentador:

Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum

aunque se lo ha conocido desde siempre como "El Index", simplemente.

¿En qué consiste? En la recopilación o listado, hecho por la Iglesia Católica, de todas aquellas publicaciones que se consideran perniciosas para la fe y que no deberían ser leídas por un buen feligrés.

Fue creado en el año 1559 por la Inquisición (¿quiénes si no?), conteniendo los nombres de aquellos autores cuyas obras estaban prohibidas en su totalidad, los nombres de libros aislados que estaban prohibidos, las obras anónimas que estaban prohibidas y, más aún, los capítulos que debían ser eliminados de ciertos libros.

Se suponía que, en este último caso, los bibliotecarios eliminaran o tacharan los capítulos "perniciosos" de los libros. O también podían hacerlo los propios autores.
Por ejemplo, Cervantes tuvo que suprimir una frase del "Quijote". Observen lo que decía el párrafo tan "terrible":

"...las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada."

¿Será que alguna autoridad eclesiástica se sintió aludida?



Muchos autores célebres tuvieron el extraño honor de estar en esta especie de lista negra.
Los científicos eran, por supuesto, grandes candidatos a ser incorporados.
Descartes, Copérnico y Kepler fueron incluídos (los dos últimos por asegurar algo tan "espantoso" como que la Tierra giraba alrededor del Sol y no al revés).

Los filósofos también eran número puesto en la lista. En particular, quien se atreviera a esbozar o defender alguna teoría sobre el mundo y la naturaleza diferente a la de la iglesia, estaría en primera línea.
Montesquieu, Spinoza, Pascal, Kant y Hume son algunos de los pensadores incluídos.



Escribir ficción no era una garantía de quedar fuera de este asunto. Rabelais, Zola, Balzac, Anatole France, Gabriel D'Annunzio y hasta Alejandro Dumas o Víctor Hugo estuvieron en el Index, junto a buena parte de los novelistas del siglo XIX.

En algunos casos, ciertos pensadores eran considerados tan pero tan malditos que ni siquiera eran incluidos en la lista, porque la Iglesia partía de la base de que ningún católico leería nada que pudieran publicar. Ese fue el caso de Marx, Schopenhauer y por supuesto Nietzsche.



El siglo XX no mejoró las cosas. La edición de 1948 del Index traía algo así como cuatro mil obras prohibidas expresamente, además de los nombres de muchos autores cuya obra estaba prohibida totalmente.

Como lista oficial, fue abandonada en 1966, en gran parte debido a consideraciones prácticas: habían llegado tiempos donde el número de obras a incluir hubiera sido astronómico. Y además, muchos católicos ya no la tomaban en cuenta (pese a la pena de excomunión potencial).

No los voy a aburrir con extensas listas de libros o autores que estuvieron prohibidos.

Pero, para que se rían un poco y mediten sobre las consecuencias de una mentalidad estrecha, les mencionaré una terrible obra que supo estar en el Index: el Diccionario Universal Larousse.


Cuidadito con consultar esa publicación, manga de blasfemos que visitan este blog.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Vos dejarías de leer alguna obra del Index?

pelado1961 dijo...

No, no dejaría de leer ninguna.

Para empezar, me gusta mucho leer.
Para seguir, creo que un libro no es malo o bueno en sí mismo: es el lector quien procede bien o mal.

Mariolo dijo...

Yo creo que con Marx se equivocaron, si era untipo muy católico .... jajajajaja


Muy bueno, pelado. Aaahhh, la iglesia católica ... bah, el Vaticano y los que lo manejan, la Iglesia es el pueblo creyente y ese no tiene culpa.

pelado1961 dijo...

Es cierto, la gente común y corriente no tiene la culpa (pero hay que recordar que el camino del Infierno está empedrado de buenas intenciones).

Va un abrazo.

Ferchu dijo...

Cataloga un libro como prohibido y tendras un best seller.

pelado1961 dijo...

En esta época, sí.
Pero en otras, quemaban el librito y quemaban al autor.
(Siempre tan tolerantes los chicos de la Inquisición)

Ferchu dijo...

Ni hablar te rotizaban de una...