jueves, 18 de octubre de 2007

BAILANDO ME DAS SUEÑO


El programa empieza con una música a todo lo que da. Aparece un señor cuarentón que parece un beatle jubilado y pega un grito: "Buenas noches, Américaaaaaaa".


Acto seguido, presenta al "jurado": un par de señoras mayores con muchas horas de quirófano encima mueven siliconas de aquí para allá, un señor hace el papel de "malo" y, por último, a otro señor muuuuuuy mayor se lo hace ver como si fuera "El Padrino" en versión porteña.


Las parejas de baile van apareciendo y haciendo lo suyo. El conductor hace bromas que, invariablemente, son festejadas ruidosamente por su troupe detrás de cámaras. El jurado puntúa lo que le parece a cada uno, sin que nadie haya establecido pautas. Los puntajes altos son gritados a voz en cuello por el conductor: "Dieeeeeeeeeeeez".


Entre tanto, siguen las bromas del conductor. La claque estalla en risas y alusiones. Pocos espectadores conocen el nombre de los "soñadores" o la índole de sus "sueños". Lo que importa es el "famoso" que lo acompaña (generalmente una mujer o un travesti). Si hay que subir el rating, se anuncia para la semana algún baile de tono erótico (bah, de cabarute en realidad).


Todo muy chato, todo muy pobre. El nivel hace recordar, si acaso, al del patio de un secundario. Pero resulta ser uno de los programas más vistos en la TV.


No entiendo nada. Debo ser yo.


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