El fútbol y la política son las dos religiones mayoritarias en el Uruguay. Dentro de ellas, distintas iglesias se disputan el título de "únicas y auténticas", aunque es justo decir que todos esos conventículos vienen frangollando de lo lindo. Pero creencias son creencias y la fe subsiste, aún en el caso donde los hechos no avalan los predicamentos.
Igual, no pretendo hablar de esos temas truculentos en el día de hoy, sino que más bien intento sirvan de introducción a este post. Primero que nada,
les invito a observar la imagen del principio, que seguramente todos reconocerán (aunque es probable que deban ampliarla para verla mejor).
Se trata del
afiche publicitario del Mundial de Fútbol de 1930, primer campeonato de esas características, que ganó el seleccionado local.
Su diseño es simple, directo y genial: un estilizado arquero que atrapa la pelota prácticamente en el ángulo, evitando el gol.
Se trata de un diseño que ha inspirado otros. Por ejemplo,
una escultura presente en el Estadio Centenario, obra de Francisco Nievas:
Y también aparece en
monedas conmemorativas acuñadas en Uruguay con motivo del Mundial de Fútbol del año 2006 (disputado en Alemania):
Visto todo esto, vamos a formularnos la pregunta del millón:
¿Quién es el autor del diseño original?
Conozco personas que son capaces de "recitar" las alineaciones de su cuadro de fútbol muchos años para atrás. Y no faltan quienes se acuerdan de cada resultado de cada partido disputado por su club, sobre todo en épocas de torneos ganados. Pero si les preguntan esto....los liquidan.
Abreviemos el suspenso.
El autor del diseño original es otro remarcable artista uruguayo que, por supuesto, está en el mayor de los olvidos. Su nombre es
Guillermo Laborde.
Nacido en 1886, Laborde estudió en el Círculo de Bellas Artes y realizó dos viajes de estudios a Europa, visitando Milán, Roma, Florencia, París y gran parte de España.
Hacia 1921 regresó a Montevideo y cumplió tareas docentes, actividad que desarrollaría de por vida (una de sus alumnas y amigas fue
Petrona Viera, artista de la cual
ya hablamos por aquí).
Sus múltiples intereses llevaron a Laborde a trabajar en la creación de vestuarios, tablados de Carnaval, decoraciones teatrales y escenografías. Además, obtuvo como pintor e ilustrador diversos galardones, entre ellos el que nos ocupa:
el primer premio del concurso de afiches de 1930 (y lo que pocos saben: obtuvo en el mismo certamen
el tercer premio también).
Ya que estamos, veamos alguno de sus cuadros:
(En el taller - 1916)
(Personaje posando - sin fecha)
(Deporte - 1935)
(Retrato del escultor Luis Falcini)
Ya ven, no fue Laborde un artista desdeñable. Lo cual no impidió que se lo haya colocado en el limbo de la desmemoria que cubre a este país, en sitial similar al de su alumna y gran amiga.
Como el Hacedor de Ironías no descansa nunca, Guillermo Laborde y Petrona Viera fueron noticia en el año 2008. No por un merecido homenaje ni cosa por el estilo, sino por un asunto digno de país bananero:
"Hallan pinturas olvidadas en el Museo del Parque Rodó"
(así titulaban los diarios la noticia)
Mientras el Museo se preparaba para el Día del Patrimonio,
alguien notó que en un entrepiso se veía un boquete. Mirando mejor, se dieron cuenta que al otro lado había algo. Fuera lo que fuera, el boquete era pequeño y no permitía nada.
La directora de entonces (Jacqueline Lacasa) ordenó que se agrandara el boquete. Y ahí se vio que al otro lado había varios cuadros que, si bien figuraban en el inventario,
nadie sabía dónde estaban desde hacia décadas.
Se trataba de
grandes pinturas de Petrona Viera y de Guillermo Laborde, obras de unos cuatro metros de largo. Por supuesto, el nivel de deterioro que tenian era muy importante. Y junto a ellas había otras obras de otros artistas que no fueron mencionados.
Ver para creer:
Cuando la Prensa quiso saber un poco más sobre el estado del Museo y sus
cuatro mil obras, la directora los dejó a todos bien tranquilos:
"No hay habilitación de bomberos ni alarmas y somos quince funcionarios y cinco serenos".
Clarito.
En otras partes del mundo, Laborde está un poco mejor conceptuado (o por lo menos no dejan su obra en un altillo tapiado). El año pasado se llevó a cabo en la famosa Christie's una subasta de afiches y posters de las copas mundiales de fútbol.
La directora de la firma en el ramo de carteles y afiches, definió el diseño de Laborde como
“una de las imágenes con más fuerza de la venta, una pieza clásica de Art Deco, que cualquiera puede apreciar, aunque no sea aficionado al fútbol”.
Junto a otros afiches promocionales de mundiales, salió a subasta el de 1930. Se esperaba que su precio alcanzara un estimado entre
21.000 y 29.000 dólares, pero como no se llegó a ofertar esa suma fue retirado.
El experto de Sotheby's declaró que en un momento cercano se llegará a subastar por esa suma o más, dado que
su precio ha aumentado diez veces desde los años '80.
Mientras tanto, acá somos unos vivos bárbaros y, por supuesto, nos las sabemos todas.