viernes, 26 de febrero de 2010

TINTIN CONTRA LOS TURCOS



La última noticia en materia de pavadas llega de Turquía.
Resulta que han impuesto una multa de 24.100 euros a un canal de televisión que emitía "Las aventuras de Tintín".
¿El motivo?  Por mostrar a uno de los personajes principales (el capitán Haddock) fumando.


Y como la ley turca prohíbe expresamente la difusión en TV de escenas que muestren a alguien fumando, pues le aplicaron todo el rigor a los personajes de la simpática historieta.

La medida parece bastante estúpida y, sobre todo, carente de la más mínima coherencia: para los que no lo saben, Turquía está entre los diez principales productores de tabaco del mundo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

MAS ARTE POR LAS NUBES


Feliz con una de sus mascotas aparece Gustav Klimt (1862-1918), excelente pintor austríaco que se movió en el ámbito del simbolismo y el Art Noveau.
Bohemio que gustaba de pintar figuras femeninas desnudas en sus obras, tomando por modelos a mujeres humildes o de vida azarosa, se moriría de risa si supiera que su arte es altamente cotizado hoy en día.
Y no lo digo porque no lo valga, sino porque estas cuestiones de subastas e inversiones no encajarían con el artista.

Pero así son las cosas.

Tal como Giacometti batió récords con el precio de una de sus esculturas, Klimt hizo lo propio con uno de sus cuadros: "Iglesia en Cassone - paisaje con cipreses"



Este cuadro tiene su historia oculta y su misterio, que quizás nunca se aclare.
Fue pintado en 1913, durante un largo viaje de verano que el artista realizó.
Se sabe que luego "desapareció" durante el domino nazi de la región, para "reaparecer" en una colección privada varias décadas después.

En la subasta de Sotheby's de este mes se vendió en 43,2 millones de dólares, lo cual marcó un récord para un paisaje de este artista.

De todas formas, otras obras de Klimt han estado por encima de ese precio en más de una ocasión: la pintura "Retrato de Adele Bloch-Bauer" se vendió en el año 2006 en la suma de 135 millones de dólares, según pudo filtrarse en una transacción privada y casi secreta.
La obra pertenece a la "serie dorada" del artista y, por cierto, tiene más magnetismo que los cipreses:


Otra cifra interesante fue alcanzada por una obra del magnífico Paul Cezanne, el bodegón "Jarra y frutas en una mesa":


Si bien no alcanzó la suma esperada por los expertos, se vendió "solamente" en 18,5 millones de dólares.

Lo cierto es que Sotheby's esperaba recaudar unos 163 millones de dólares en la subasta, que incluía una importante cantidad de obras. Y tan sólo con la escultura de Giacometti y los cuadros de Klimt y Cezanne, ya superó largamente la cifra.

No sé qué opinan ustedes: si esto es cuestión de inversionistas especuladores o bien de coleccionistas adinerados que gozan disfrutando de ciertas obras en absoluta privacidad.

Lo cierto es que el Pelado recomienda visitar casas de antiguedades y galerías de arte de tanto en tanto. Aunque vayan sin un mango, seguramente se traerán de recuerdo la contemplación de alguna obra magnífica.
De esas que hacen pensar:

"Si yo fuera rico..."

jueves, 11 de febrero de 2010

SAM PECKINPAH


Los otros días hablaba de cine con un amigo que tiene a Tarantino "allá por las nubes".
Y no es que a mí no me guste la obra de Tarantino, pero cuando mi amigo me dijo que "ningún director hizo nunca las cosas como él", le tiré ahí nomás un nombre que lo hizo caer de culo: Sam Peckinpah.

Por supuesto, vivimos en la cultura de la inmediatez y el olvido rápido, así que para la mayoría de la gente no existe nada que vaya más allá del año pasado (salvo que los medios masivos lo repitan una y otra vez).
Pero mi amigo, por ser de mi generación y no poder "hacerse el joven", terminó por encontrar también las mismas similitudes entre los dos directores.

Sam Peckinpah nació en 1925 y la vida lo convirtió en un joven no muy amante de la disciplina. Sus padres le aplicaron la solución de aquellos tiempos y lo inscribieron en una academia militar.
Sea por lo que sea, Sam decidió mostrarles que eso estaba lejos de ser un castigo para él y, apenas pudo, se enroló en los Marines en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial.

Para 1946, Peckinpah volvió a USA ya alejado de los Marines y sin haber presenciado o participado siquiera de un mísero combate.
Lo cual echa por tierra la leyenda de que la guerra lo trastornó y por eso hubo tanta violencia en sus filmes (es decir, si estaba trastornado no fue a causa de eso).

Al igual que otros "duros", las casualidades terminaron por llevarlo al mundo del teatro, la actuación, la TV y el cine. Y se sintió como pez en el agua.

Luego de unas cuantas películas y telefilmes de buen suceso, con actores importantes como Maureen O'Hara, Charlton Heston y Richard Harris entre otros, llegó el film que sería casi su "marca de fábrica":

"The wild bunch" ("La pandilla salvaje")



Allí nació el mito de la violencia en sus filmes. Que en realidad no era un mito, porque sí había violencia en ellos, pero al servicio de un lenguaje cinematográfico. No como fin en sí mismo.

Luego vendría otra de las películas que le saldrían redonditas:

"Straw dogs" ("Los perros de paja"):




Esta película, con gran actuación de Dustin Hoffman, inaugura lo que los críticos llamaron ampulosamente "la lírica de la desolación", que en el fondo no es más que la preferencia de Peckinpah por mostrar con crudeza algunas cosas simples de la vida.

Bastante ajeno a quienes le criticaban el uso de la violencia, se despachó más adelante con un excelente filme:

"The Getaway" ("La fuga", como se conoció en estos pagos)



Steve McQueen y Ali MacGraw cumplieron con sus roles a la perfección y Peckinpah metió de lleno a los espectadores en una historia de vértigo, amor y balas.
Tan disfrutable fue, que los "curradores" de siempre la rapiñaron para hacer una remake.

Otra de sus obras memorables estuvo llena de violencia y ambientada en la guerra, sólo para convertirse en una joya del cine antibélico.
Me refiero a "Cross of iron" ("La cruz de hierro"):


Fue James Coburn quien cumplió una actuación sobresaliente en este film.

Y habría mucho más para evocar.
Como por ejemplo, su peculiar visión de la historia de Pat Garret y Billy The Kid, que contó con una dupla increíble, entre musical y actoral: Kris Kristofferson y nada menos que Bob Dylan.

En fin, hace veinticinco años que Sam Peckinpah se fue.
Si hay un cielo de los cineastas, será fácil ubicarlo dentro de él: basta buscar en la parte donde suenan más tiros.
Y conste que no estoy diciendo que Tarantino no valga, todo lo contrario (a mí me gusta mucho lo suyo).
Pero hubo precursores e influencias en la estética que intenta desarrollar.

viernes, 5 de febrero de 2010

EL RECORD DE GIACOMETTI



El señor de la foto parece un aburrido oficinista, pero en realidad fue un importante artista, destacado por su lenguaje expresivo y su creatividad.
Se trata de Alberto Giacometti, conocido principalmente por sus esculturas, aunque también experimentó en el campo de la pintura y el dibujo.

Si se interesan por la biografía de este artista, mi amigote Adolfo ya publicó muchos datos por aquí.
Yo me limitaré a decirles que Giacometti es noticia actual, pese a haber fallecido en 1966, porque una de sus obras acaba de batir un récord en una subasta, trepando a la cifra de 104,3 millones de dólares.


La obra en cuestión es una escultura (arriba la ven, a la izquierda de la imagen) y se llama "L'Homme qui marche I".
La casa encargada de subastarla fue la archifamosa Sotheby's de Londres, que ya tenía el récord anterior por una obra de Picasso ("Garcon a la pipe") que terminó vendiéndose en el año 2004 por apenas cien mil dólares menos que esta escultura.


Aparentemente, los primeros sorprendidos por el precio fueron los expertos de la firma, así como los propietarios anteriores, dado que se esperaba una cifra de alrededor de 29 millones de dólares y en realidad se obtuvo más de tres veces de lo que pensaban.

Giacometti nació en una familia de artistas, dado que su padre fue un pintor post-impresionista.
Pronto el joven Alberto se interesó por las vanguardias, en particular por el cubismo. Pero estando en París fue cuando se produjo la maravillosa explosión creativa que significó el surrealismo, que muy rápidamente lo captaría.


Conoció entonces a Joan Miró, Max Ernst y Pablo Picasso (mirá qué patota) y se integró al novel movimiento artístico.
Luego, con el tiempo, cambiaría su lenguaje artístico y exploraría otros terrenos.

Muchos especialistas indican que el período más creativo de su vida se inició con su matrimonio en 1949.
Su esposa, Anette Arm, fue de ahí en más su soporte, modelo y musa.


Además, en los años '50 resultó que el uso del bronce por parte de los escultores se hizo mucho más accesible. Y entonces Giacometti se volcó a ese material casi por completo.
El resto es historia.

La escultura de la que hablamos hoy fue comprada por un coleccionista anónimo, que para mejor operó a través del teléfono. Por tanto, difícilmente se sepa de quién o quiénes se trata.
Hasta la subasta, la obra pertenecía a un banco alemán.

Y no fue el único récord de la jornada. Pero de eso vamos a hablar otro día.