domingo, 11 de diciembre de 2011

"ARACNOFOBIA" EN LA VIDA REAL



Vengo de leer en el blog de El Alquimista una entrada sobre una picadura de araña que le tocó sufrir.
Y la mente se me disparó hacia un episodio que tenía prácticamente olvidado hasta que leí ese post.
Paso a contarles:

Varios años atrás, en una Semana de Turismo (o Semana Santa, si gustan), mi mujer y yo andábamos de paseo por el Interior con un matrimonio amigo. El Uruguay tiene muchos puntos interesantes para visitar, aunque los que son publicitados se cuentan con los dedos de una mano.

La cuestión es que nos estábamos dirigiendo hacia San Javier, una pequeña localidad que tiene una historia pintoresca. Fundada en 1913 por inmigrantes rusos, sus habitantes han procurado mantener vivo el recuerdo de sus orígenes, por lo cual constituye una oportunidad única de ver de cerca algo de esa cultura lejana.



Todavía estábamos lejos, rodando en una carretera totalmente vacía, andando a muy baja velocidad para ubicar la señalización de un camino que debíamos tomar.
En eso, empecé a notar algo muy raro en la ruta que teníamos por delante: ¡parecía que el asfalto se movía!

En los días de mucho sol y calor, no es infrecuente que se produzca una distorsión visual al contemplar un camino de ese tipo, debido al contacto del aire con el asfalto caliente. Pero esto era diferente.
Se lo señalé a mi amigo, que iba al volante, y paró entonces el coche al costado del camino para observar tranquilamente.

Estuvimos a punto de bajarnos, para poder ver mejor. Pero por suerte no lo hicimos, porque lo que parecía ser asfalto movedizo eran en realidad miles y miles de arañas que cruzaban la ruta de un lado a otro. De color negro y  tamaño considerable, parecían estar en plena estampida. Y nosotros ahí, en medio del asunto, esperando que los arácnidos no notaran nuestra presencia.
Por supuesto, continuamos la marcha rápido, muy rápido (no teníamos interés de convertirnos en Peter Parker o en un aperitivo gustoso).



Tiempo después, una persona entendida en el asunto me dijo que hay años en los cuales, por diversos factores, se produce una especie de "explosión demográfica" arácnida. Pero la misma es equilibrada nuevamente por otra serie de factores (clima, depredadores, etc.).

Todo muy tranquilizador, pero por las dudas, después del episodio estuve mirando debajo de la cama por varias semanas.
No sea cosa que las arañas me devolvieran la visita...

4 comentarios:

El radioaficionado dijo...

Yo hubiese puesto marcha atrás, giro en redondo y hasta que no pasaron 150 kilómetros no paro...

pelado1961 dijo...

Eso fue, más o menos, lo que hicimos.
(Flor de valientes resultamos!!!)

Mariolo dijo...

Ud, Pelado, ya no sólo lee e informa de hechos "raros", sino que ya lo persiguen.

¿No le sacó fotitos a las arañas?, no me diga que le temblaba el pulso :)


La verdad que no son bichos de mi agrado, al igual que los reptiles

pelado1961 dijo...

Cómo para fotitos estaba la cosa, jaajjajajaa.
Yo ya me veía en un festival gastronómico arácnido !!!