viernes, 4 de septiembre de 2009

LLAMADA DE LARGA DISTANCIA


Los otros días, trascendieron un par de situaciones acontecidas en la telefónica estatal uruguaya.

La primer noticia indica que una persona, valiéndose de un simple truco, consiguió ser contratado como asesor de alto nivel, en menos que canta un gallo.

El tipo fingió una llamada de recomendación, de parte de un alto funcionario del gobierno hacia un jerarca de la telefónica y, con eso sólo, ya fue empleado.
Lo terminaron descubriendo, aparentemente, porque empezó a pedir "materiales de trabajo" caros (entre ellos un laptop). Y ahí fue que llamaron al funcionario que supuestamente lo había recomendado, para consultarle si debían facilitarle una notebook o no.

O sea que el embrollo se destapó por simple casualidad. Más aún: si el fulano hubiera sido realmente un recomendado, pues allí estaría en su sitio de asesor (probablemente con su deseada laptop y todo).

La segunda noticia comentaba que, la vicepresidente de dicha telefónica, quizás siguiendo la idea de que "la caridad bien entendida empieza por casa", había contratado a su propio hijo para cumplir funciones en esa entidad como profesional.
Y en apariencia, a raíz del primer lío fue que se supo este otro también.

Nada de esto me llama la atención, les aclaro.

Puesto que soy un hombre libre, no arrastro cadenas de ideología alguna. Para ponerlo más claro: creo que sinverguenzas y atorrantes hay por todos lados, levantando banderas de todos los colores.

Lo que sí quiero comentarles son las reacciones de los directamente involucrados: nuestros queridos políticos.

Escuché algunos (los "opositores") que, prácticamente, se horrorizaron y pusieron el grito en el cielo, haciendo gala evidente de una memoria selectiva (es decir, se olvidaban de sus propias macanas).

Y otros (los "gobernantes") hacían fila para quitarle trascendencia al tema, como si ésto de tirar la plata en amigotes y parientes fuera, vamos, una simple pavadita.

Lo cómico del asunto fue que no emplearon las palabras más adecuadas para sus fines. Por ejemplo, un senador oficialista dijo que el asunto le parecía "pintoresco".
Caso de tener un diccionario a mano, se hubiera enterado que "pintoresco" significa:

-"que presenta a la vista una imagen agradable y digna de ser pintada"

Pero, peor aún estuvo otro senador que, en su apuro por manifestar el apoyo a uno de los jerarcas involucrados, en medio de su hablar atropellado dijo que el citado profesional es "un gran administrativista". Esa ni la encontré en el diccionario (quizás quiso referir que era un experto en derecho administrativo o cosa por el estilo).

Igual, dejando de lado las sutilezas del idioma español, lo que puede deducirse de todo el asunto es una cosa: los uruguayos estamos para la joda.

A lo mejor habría que reglamentarla, legalizarla, incluirla en la Constitución tal vez. A esta altura, podría ser la única manera de cerrar la brecha de la larga distancia entre la realidad de todos los días y el supuesto sistema ético y legal que (nos dicen) guía la sociedad.

2 comentarios:

Ferchu dijo...

Donde hay politicos en el medio....hay joda, es una ley comprobada.
Ese tipo no actuo solo, recibio ayuda de alguien mas, para mi el pinta preparaba una gran estafa...que ragalados estamos...

pelado1961 dijo...

Ahora se habla hasta de "espionaje".
Es triste que, invocando a la persona adecuada, cualquiera pueda meterse (sea para lo que sea) en cualquier lado.

Estamos regalados, tal cual decis.