Hay seres humanos que mantienen su buen corazón aún bajo las circunstancias más duras.
Seguramente Lee Duncan fue uno de ellos.
Estando de servicio como cabo del ejército yanqui en la Primera Guerra Mundial, el batallón de Duncan estaba acantonado en Lorena (Francia) cuando la ciudad recibió por enésima vez fuerte fuego de artillería.
Pasado el peligro inicial, el buen cabo notó que una de las construcciones que había sufrido daños severos era un canil de perros del ejército alemán.
Aún a riesgo de quedar a descubierto si el bombardeo se reiniciaba, Duncan insistió en chequear el sitio y encontró un espectáculo increíble en medio de las ruinas: por un extraño milagro, lo único viviente era una perra (un pastor alemán) junto con su camada de cachorros de apenas cinco días.
Logró llevar a toda la familia perruna a retaguardia y no sólo eso, sino que adoptó personalmente a dos de los cachorros, un casalito a los que llamó Nanette y Rin Tin Tin respectivamente.
Y pronto ambos animalitos se transformaron en mascotas del batallón de Duncan, como se ve en la foto que da inicio a este post.
El año era 1918 y el mes era setiembre. La guerra estaba en sus postrimerías y, más pronto que tarde, el cabo Lee Duncan estaba volviendo a su casa en USA, acompañado de sus dos perritos.
Los nombres de los cachorros surgieron por dos "muñequitos de la buena suerte" que por entonces estaban de moda en Francia.
Ya en su país, Duncan notó que Nanette había enfermado y, pese a que le dio todos los cuidados posibles, la perrita murió al poco tiempo.
En cuanto a Rin Tin Tin, no sólo era un cachorro fuerte sino también muy inteligente.
Duncan sabía que los pastores alemanes eran astutos y aprendían trucos y rutinas con facilidad. Tanto le gustaban los perros que, cuando supo que el ejército había capturado al principal experto de entrenamiento alemán, se entrevistó con el hombre en el campo de prisioneros, a fin de conocer más sobre la raza y sus posibilidades.
El tiempo pasó y el otrora cabo Duncan era ahora un simple propietario de una ferretería, que en sus ratos libres entrenaba a su querido perro.
Un día de 1922 decidió inscribirlo en un show y competencia canina, en la cual Rin Tin Tin causó sensación, al punto que Duncan recibió de inmediato ofertas para que trabajara en la industria cinematográfica.
En la siguiente foto vemos a uno de los hermanos Warner, al famoso Darryl F. Zanuck, al propio Lee Duncan (el más alto) y a Rin Tin Tin (el único del grupo que se dio cuenta de que les estaban tomando una fotografía):
Un film siguió a otro y a otro, creciendo en cada uno la popularidad del actor de cuatro patas.
Al punto que el animalito sacó a la Warner de un momento catastrófico donde casi daba quiebra.
Rin Tin Tin cumplió su rol a la perfección a lo largo de 26 películas. La gente lo adoraba y, sobre todo, los niños (hubo que montar una oficina especial en los estudios, para contestar las 10.000 cartas semanales que recibía la estrella perruna).
En 1932 moriría este perro tan especial que a todos cautivaba. Duncan insistió en trasladar sus restos a Francia, pues deseaba que el animal reposara en el país donde había nacido. Y así lo hizo.
Pero su legado continuaría, pues había sido padre de muchas camadas y entonces una nueva generación tomó la posta.
Y lo hizo con la misma fama, pues durante su tour de presentación de 1933, el hijo de Rin Tin Tin hasta se convertiría en el primer perro en viajar en un avión comercial, nada menos.
Junto con el cine, otro medio avasallador haría un sitio de honor para "Las Aventuras de Rin Tin Tin" : la televisión.
La serie de ese nombre fue emitida por la cadena ABC entre los años 1954 y 1959, con un éxito descomunal. Fueron Rin Tin Tin II y Rin Tin Tin IV quienes cumplieron el rol en la TV.
El argumento de la serie era muy simple, pero efectivo a la vez: Rin Tin Tin era la mascota del 101 de caballería, regimiento acantonado en un fuerte perdido en medio del Oeste.
Allí corría toda una racha de aventuras entre soldados, bandoleros, indios, contrabandistas y, por supuesto, sus tres amigos: el pequeño "cabo" Rusty, el sargento O'Hara y el teniente Masters.
La serie cumplió 164 episodios y dio origen a toda una cantidad de libros, cómics y álbumes de figuritas donde el archifamoso perrito, aparte de conquistar el Oeste, se ganó el corazón de los niños de la época.
En Uruguay se la pudo ver en años posteriores.
El "buen cabo", que en una lejana guerra espantosa tuvo ánimo y corazón para asistir a unos animalitos inocentes, seguramente está reunido con su buen amigo y compañero fiel: Rin Tin Tin.
10 comentarios:
Que excelente historia, conmovedora, tierna, humana sin dudas.
genial, gracias Pelado. Buen finde
Me gusta ese avatar, Mariolo, se pasa.
¿Te gustó la historia?
La puse porque no es muy conocida. Y mi generación, si bien creció teniendo a "Lassie" como perro televisivo famoso, también pudo ver algo de este otro personaje.
Buen finde!!
impresionante y bellisima historia , un poco mas que humana .
gracias .
Me alegro que te haya gustado la historia, Mocho.
Prueba de que, aunque sea a veces, un tipo puede hacer una pequeña diferencia en medio de un desastre mayúsculo como es una guerra.
Un abrazo.
Excelente historia Pelado, solo conocia Rin Tin Tin de nombre.
Me quedo con el ultimo comentario: " un tipo puede hacer una pequeña diferencia en medio de un desastre mayusculo..." Si todos tuvieramos esa actitud, seguro que el mundo seria un mejor lugar para vivir.
Yo tengo 47 años y vi a Rin Tin Tin en la tele cuando era chico.
No se hagan los pendejos...jajaja.
Magnífico post , este tipo de cosas que me hacen retrotraer a la infancia me fascinan , ya que me hacen recrear el pasado no solo con imágenes , sino hasta con aromas de aquellas épocas...aunque Ud. no lo crea Pelado !
Maravillosa historia,querido Pelado,ignoraba todo lo que contaste,y me hiciste recordar cuando era un botija (ajaaaa esa te gustó eh?),y miraba la tele en blanco y negro.
un abrazote !!!
Fonzi:
Te creo perfectamente. Yo recuerdo los aromas de la cocina de mi abuela o las flores del barrio en primavera.
Y claro que vi "Las aventuras de Rin Tin Tin" ¡en blanco y negro!
Un abrazo.
Adolfo:
Era lindo llegar del cole y mirar estas cosas en la TV blanco y negro, ¿no?
Si habrá cosas para recordar!!!!
Me alegro haber podido brindarte un "viaje en el tiempo".
Va un abrazo!!
Ferchu:
Creo que tenés sobrada razón: a veces es posible hacer una pequeña diferencia.
Lo malo es que no siempre vemos claro dónde y cuándo, ¿no?
Va un abrazo!!
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