EL URUGUAY ES ASÍ (SUERTE QUE NO HAY TIBURONES BLANCOS POR AQUÍ)

El cúmulo de (des)información acerca de la gripe porcina en este país es tremendo. ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si la amenaza fuera otra?

Supongan, por ejemplo, que un gran tiburón blanco hubiese atacado a un par de bañistas en las playas de un balneario uruguayo.....

• El gobierno (cualquiera que sea) declararía que "el problema es la sicosis que se ha instalado en la población".


• La oposición (cualquiera que sea) declararía que "el problema es el Ministro de Animales Peligrosos, que debería renunciar de inmediato".


• El Ministro de Animales Peligrosos no declararía nada: estaría de viaje, por supuesto. Y en caso de regresar a tiempo, mostraría un despiste digno de Homero Simpson.

Mientras tanto, supongamos que el tiburón ya se almorzó otro par de bañistas más.

Entonces....

• Algún medio periodístico (imaginen cuál) publicará una nota de tapa, con titulares tipo catástrofe, indicando que en realidad se trata de 20 tiburones asesinos y que ya se comieron a 140 bañistas (el último de ellos en plena avenida 18 de Julio)


• Y otro medio periodístico (imaginen cuál) publicará otra nota de tapa, señalando que no hay tal tiburón, que se trata de una sardina caída de una lata "Coqueiro" y que los bañistas murieron por comer sandía con vino.

Pero por las dudas, el asunto tiene solución....

• Un laboratorio extranjero pondrá a la venta el "TiburónFlu", asegurando que es el único producto que impide ser comido por un tiburón (precio sugerido: mil pesitos).


• El Ministro de Animales Peligrosos convocará una conferencia de prensa, asegurando que ha usado una partida de refuerzo presupuestal para crear la Brigada Anti-Tiburón (mostrando fotos de un flaco con un calderín).


• Finalmente, luego de arduas negociaciones entre las distintas bancadas (seis meses), el Parlamento aprobará una ley que prohíbe a los escualos de toda índole atacar bañistas.

¿Y el tiburón?

Bueno, supongo que en esos meses se fue para otro lugar lejano, con lo cual el problema se solucionó por sí solo (o capaz que tuvo mala suerte, se comió un político y se intoxicó).

¡Animalito de Dios!