sábado, 2 de abril de 2011
¿ARANCELES CLAROS?
Parecerá cosa de locos lo que voy a decir, pero creo que la mejor aproximación que uno puede hacer, a la hora de tratar de entender la estructura de este mundo posmoderno que nos ha tocado, consiste en leer algo sobre la historia de los romanos.
¿Imperios que se extienden mediante guerras? Allí están.
¿Gobiernos que embrutecen a las masas? Allí están.
¿Demagogos? Encontrará por docenas.
¿La decadencia de una fabulosa cultura? Por supuesto que está allí.
¿La Iglesia enredada con el poder? Al toque.
Y así por el estilo.
Pero pasemos a la materia de este post: hasta dónde llegaba el afán de orden de los romanos.
Para responder a eso, paso a mostrarles algunas monedas romanas interesantes:
Este tipo de moneda es conocido como spintria en los círculos numismáticos, donde por cierto son bastante apreciadas.
Fueron acuñadas en época de Tiberio y, aparentemente, tuvieron muy poca circulación. A partir de ese hecho y del aspecto bastante peculiar de las monedas, los expertos empezaron a elucubrar teorías.
La más aceptada en la actualidad es que las spintrias se usaban como moneda de pago en los burdeles, a lo largo del vasto Imperio Romano. Quienes defienden esta suposición, indican que la propia moneda es el "arancel" por el pago del servicio que se muestra en ella. O sea, no da lugar a confusión.
Otras teorías apuntan a que las spintrias fuesen una especie de medallas que Tiberio hizo acuñar para conmemorar "quién sabe qué". Según esta idea, los emperadores guerreros conmemoraban batallas y los emperadores pillines conmemoraban...otras cosas. Pero no parece una teoría acertada, porque las medallas solían acuñarse en metales más nobles que el bronce y el latón (de lo que están hechas las spintrias).
No faltan quienes alegan que posiblemente fueran fichas de un juego de mesa para adultos (que deja al "póker por la ropa" como si fuera un ludo en el jardín de infantes).
En fin, supongo que nunca se sabrá exactamente cuál de las teorías es la buena. Si tienen otras suposiciones, siéntanse libres de compartirlas en los comentarios.
Eso sí: modérense, que soy un hombre mayor. No me vengan con "a mí me gusta la moneda XII porque me acuerdo que un día vino la vecina y..."
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6 comentarios:
Me censuró el comentario, como quien dice.
Porque yo le iba a contar sobre los parecidos entre la moneda VII y una vez que vino mi compañera de trabajo y...
Habrase visto, Neville!!
Justo la VII y con la compa, noooo.
Uy,qué compromiso si la esposa de un soldado romano le encontraba estas monedas encima.
¿Qué le iba a explicar, que se las habían dado en la panadería?
Claro, Robert: "Querida, compré unos bizcochos con los muchachos y al hacer la vaquita me dieron estas monedas"
Bienvenido al blog y gracias por comentar.
Pelado, ¿no sabés si en el banco central quedan de las monedas XIII?
jajaja.
Qué hubiera sido de este loco loco mundo (gracias Mel Brooks) si los Romanos no hubiesen caído en su ambición y orgullo desmedido; y hubiese conquistado y gobernado todo?
O sea, ellos los que conquistaran los nuevos continentes, etc etc etc
Qué buena la pregunta que planteás, Mariolo.
Creo que les faltó poco para llevar a cabo esa idea, pero no hubieran podido. Me parece que hay un ciclo inevitable (de auge y caída) que termina por cumplirse siempre.
Va un abrazo, amigo.
PD: los muchachos del Central se deben haber gastado la monedita XIII en algún cabarute, jajajaja
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