miércoles, 20 de abril de 2011

LA VERDADERA ALICIA



En esta foto puede apreciarse (de izquierda a derecha) a Edith, Lorina y Alice Liddell, tres hermanas de las cuales la última habría servido de inspiración a un tal Charles Lutwidge Dodgson para crear una historia fantástica.
Por supuesto, todo quedará más claro si les digo que el buen Charles usó el seudónimo de Lewis Carroll y que la obra en cuestión es "Alicia en el País de las Maravillas" .

Lewis Carroll perteneció a una época en la cual el intelecto aún no había sido aplastado por el monstruo de la especialización. En consecuencia, nadie le dijo que era imposible ser escritor, matemático, profesor, lógico, fotógrafo y díacono anglicano al mismo tiempo. Creo que si se lo hubiesen dicho, no habría hecho caso (y eso que el amigo Lewis era un poco tímido y retraído).




Pero volvamos a nuestra pequeña historia. ¿Cómo fue que empezó todo?, se preguntarán ustedes.

Poco antes de 1860, Lewis estaba ejerciendo como profesor de matemática en Christ Church, se hallaba vinculado firmemente a la Iglesia Anglicana y había descubierto en la fotografía una forma de expresar su costado artístico.
También despuntaba por entonces su carrera de escritor, hasta allí representada por una serie de cuentos y poemas.

Cuando llegó a Christ Church un nuevo deán (Henry Liddell), trabó gran amistad con Lewis y éste pasó a formar parte de la familia como un "tío" para las niñas de la familia Liddell (tratamiento que siempre le dieron).
A su vez, Lewis llevaba a las niñas a paseos y excursiones en los cuales no era raro que éstas les pidieran que les relatase historias,



En uno de esos paseos, más concretamente el del 4 de julio de 1862 (cosa que se sabe por el Diario de Carroll), fue Alice quien le pidió que le contara una historia, mientras iban en bote por el Támesis.
Y así fue como nuestro amigo Lewis comenzó a improvisar un cuento donde una niña de nombre Alice corría una serie de aventuras al caer en una madriguera.

El reverendo Duckworth, que los acompañaba en el recorrido, recordaría más tarde que las tres niñas quedaron embelesadas con el relato, que a él mismo le pareció brillante y lleno de imaginación. Y fue la misma Alice quien le pidió a Lewis que escribiera esa historia.

Pareció buena idea y el escritor lo completó en una noche, resultando un manuscrito ilustrado por él mismo con fotos y dibujos, que le regaló a Alice para la Navidad siguiente.



El título original era "Las aventuras subterráneas de Alicia" y gustó sobremanera a las niñas. Recién tres años más tarde, impulsado por los comentarios auspiciosos de todos quienen lo habían leído,  tuvo Carroll la idea de llevar la obra a un editor.

Gustó de inmediato y fue publicado con el título de "Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas", aunque se habían barajado otros títulos como "Alicia entre las hadas" (porque en esa época causaba furor todo lo vinculado con hadas) y "La hora dorada de Alicia" (decididamente menos logrado).
El ilustrador de esta edición fue John Tenniel, del cual vemos uno de los dibujos originales:


El resto de la historia es conocido: el libro tuvo un éxito fabuloso y mereció una segunda parte llamada "Alicia a través del espejo".

¿Y qué pasó con Alice Liddell? Pues que fue creciendo.
En su juventud, mucho se rumoreó sobre un romance que habría tenido con el príncipe Leopoldo (hijo menor de la reina Victoria) en el tiempo en que éste fue alumno en Christ Church. Nunca se sabrá qué pasó entre ellos, pero lo cierto es que el príncipe llamó Alice a su primer hija y fue, a su vez, padrino de un hijo de Alice Liddell (de modo que por lo menos hubo una fuerte amistad).

En cuanto a su relación con Lewis, hay constancia de que Alice mantuvo correspondencia con él hasta 1892 por lo menos. Siempre declaró que recordaba al escritor con mucho aprecio.
Luego que su esposo murió en 1926, Alice se encontró en la necesidad de vender el manuscrito que tanto quería: lo puso en subasta y alcanzó una suma considerable para la época (más de quince mil libras).

Con los años, el manuscrito llegó al Museo Británico y en su biblioteca está hasta ahora. Son noventa y un páginas de fantasía pura y, por supuesto, Alicia está en ellas

4 comentarios:

María José Cogollo dijo...

Gracias pelado ;)

pelado1961 dijo...

Lo prometido es deuda.
Mucho me alegro que te haya gustado, Majo!!!

Mariolo dijo...

Una historia muy buena, que mezcla como pocas la realidad y la fantasia

pelado1961 dijo...

De veras que sí, Mariolo.
Creo que esta historia inventada "al vuelo" por Lewis Carroll nunca va a perder vigencia.

Un abrazo.