sábado, 8 de octubre de 2011
ARTE, ATENTADOS Y ATENTADOS AL ARTE
Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que vi una noticia sobre un atentado contra una obra de arte.
Yo era apenas un niño, pero me llamó mucho la atención el hecho: un sicópata había arremetido a martillazos contra "La Piedad", la famosísima obra de Miguel Angel, provocándole graves daños.
Se demoró más de un año en restaurar la escultura, tras de lo cual volvió a ser exhibida pero bajo estrictas medidas de seguridad y protección.
Mientras tanto, al autor del atentado se le sentenció a dos años de prisión y tras cumplirlos se le expulsó del país. Bastante justa la medida, teniendo en cuenta que hablamos de una obra irremplazable y de un consumado artista que perdurará por siempre.
Pero no es algo que pueda generalizarse a la ligera, sobre todo viviendo en tiempos donde cualquier cosa pasa por ser arte y donde siempre se aprovecha una oportunidad para ganar dinero fácil.
Veamos este caso:
Resulta ser que hay un señor de nombre Wim Schippers que se considera a sí mismo "artista", "comediante" y "actor". Para el caso, viene a ser uno de esos ganapanes que no pierden ocasión de currar con lo que sea (su máximo "trabajo actoral" ha consistido en hacer las voces de varios personajes de "Plaza Sésamo" en la versión holandesa).
Pero dejemos eso de lado. La cuestión es que el buen Wim ha realizado una "obra de arte" consistente en tomar dos mil frascos de manteca de maní y esparcirlos sobre una superficie en forma más o menos pareja, hasta lograr una especie de alfombra grasienta de 48 metros cuadrados.
Aquí le vemos en plena "realización artística":
Y aquí observamos la "obra de arte" finalizada:
Estamos en tiempos muy lejanos de aquellos donde la gente le llamaba a las cosas por su nombre.
De modo que en vez de reirse de las tonterías de Wim y recomendarle que agarre para las ocho horas, no han faltado galerías y museos ávidos de contar con este tipo de "creaciones".
Uno de esos museos es el de Boijmans Van Beuningen (en Rotterdam), donde han expuesto esta mugrosa cuestión en lugar privilegiado, como si de un Van Gogh se tratase.
Pero quiso la mala suerte que un visitante distraído pisase sin querer la "obra de arte" con los resultados que cabía esperar:
Y ahora resulta que el museo y el "artista" se proponen demandar al pobre tipo por los "destrozos" causados.
Encima, la "obra de arte" no contaba con protección alguna ni cartel de referencia, porque según el artista eso "opacaría su belleza y espontaneidad".
¿Quién dijo que la capacidad de asombro está colmada?
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5 comentarios:
Me hiciste recordar a un programa de arte criollo donde un tipo agarraba dos fierros, tiro tres pincelazos y lo llamo obra de arte y tenia un taller de arte todavia... Hay muchos atorrantes con suerte como Wim
Lo peor es que estas cosas atraen más gente que un Rembrandt o un Picasso.
Y los "artistas" ganan mucho más dinero por eso...
Estamos mal, muy mal.
Yo he tenido la oportunidad de entrar a exposiciones donde las obras de "arte" son fierros doblados sin sentido alguno, sin forma alguna y son "obras de arte".
Ah claro, me olvidaba, yo no entendía esas cosas porque es "arte abstracto", ¿etendes?
En fin, sólo hay que estar en "ciertos" círculos sociales y poder exponer cualquier m... ... cosa y ya sos artista de renombre
Es que creo que hubo mucho abuso con el asunto de que "todo es arte" y el resultado es mucho burro y mucha facturación.
Pero a la larga no perduran, desaparecen y quedan los buenos!!!
Va un abrazo, gente!!
Lógico, pues hoy en día el único criterio de identificación de un artista es que el propio artista declare serlo. Lo cual es chocante porque no es panadero quien dice serlo sino aquel que vende pan
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