El ministro de Ganadería y Agricultura es todo un personaje.
Mientras estuvo en la oposición fue hombre de lengua rápida, crítica fácil y hablar campechano.
Todo ello le valió hacerse de una imagen pintoresca ante la ciudadanía y, por supuesto, ganar muchos votos.
Pero ahora que forma parte de un gobierno que, a fin de cuentas, aplica el mismo libreto en materia económica que todos los anteriores, su conducta empieza a rechinar.
Se enoja con los periodistas, agarra de la solapa a anteriores ministros...en fin, parece desnorteado.
Sus últimas declaraciones a la prensa dejan entrever, una vez más, una "verdad de Perogrullo": el ministro ha "descubierto" que los ganaderos hacen lo que más les conviene a ellos, no lo que a él le parece. O sea, lo que todos supimos desde siempre.
En vista de ello, el ministro ha "tomado medidas": ya que hay poca carne en las carnicerías, sacará a la venta latas de corned-beef para paliar la situación.
Y cuando escasee el corned-beef, ¿qué ofrecerá?, ¿alimento para perros???????
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