Unos posts atrás, a propósito de la magia cruzada entre la música de Pink Floyd y las ruinas de Pompeya, tomé unas líneas de "El lobo estepario", una de las principales obras de Herman Hesse.
Esto me trajo a la mente a una persona que conocí, que pasaba por ser excelente lectora. Dos por tres, traía a tema la literatura en las conversaciones de oficina. Pero me llamó la atención que siempre giraba sobre Benedetti, Saramago y dos o tres autores más que, a ciencia cierta, comulgaban en las mismas convicciones políticas.
Por eso, para salir de dudas, un día le pregunté si había leído a Hesse. Y me contestó que no lo conocía, lo cual era perfectamente coherente con su idea de la literatura: Hesse siempre fue un pacifista y, en consecuencia, los nazis quemaron sus libros en Alemania y los comunistas no lo publicaron en la Unión Soviética.
Pero eso no impidió que sus obras ejercieran notable influencia en varias generaciones.
Claro que, para llegar a Hesse (o al 90 % de la literatura universal), esta conocida mía hubiera debido quitarse las anteojeras, aunque más no sea por un rato.
Hesse nació el 2 de julio de 1877 en Calw, Alemania. Hijo de un antiguo misionero, ingresó en un seminario, pero pronto abandonó la escuela; su rebeldía contra la educación formal la expresó en la novela "Bajo las ruedas" (1906). En consecuencia, se educó él mismo a base de lecturas.
De joven trabajó en una librería y se dedicó al periodismo free-lance, lo que le inspiró su primera novela, "Peter Camenzind" (1904), la historia de un escritor bohemio que rechaza a la sociedad para acabar llevando una existencia de vagabundo.
Durante la I Guerra Mundial, Hesse, que era pacifista, se trasladó a Montagnola, Suiza; se hizo ciudadano suizo en 1923. La desesperanza y la desilusión que le produjeron la guerra y una serie de tragedias domésticas, y sus intentos por encontrar soluciones, se convirtieron en el asunto de su posterior obra novelística. Sus escritos se fueron enfocando hacia la búsqueda espiritual de nuevos objetivos y valores que sustituyeran a los tradicionales, que ya no eran válidos.
"Demian" (1919), por ejemplo, estaba fuertemente influenciada por la obra del psiquiatra suizo Carl Jung, al que Hesse descubrió en el curso de su propio (breve) psicoanálisis. El tratamiento que el libro da a la dualidad simbólica entre Demian, el personaje de sueño, y su homólogo en la vida real, Sinclair, despertó un enorme interés entre los intelectuales europeos coetáneos (fue el primer libro de Hesse traducido al español).
Las novelas de Hesse desde entonces se fueron haciendo cada vez más simbólicas y acercándose más al psicoanálisis. Por ejemplo, "Viaje al Este" (1932) examina en términos junguianos las cualidades míticas de la experiencia humana.
"Siddharta" (1922), por otra parte, refleja el interés de Hesse por el misticismo oriental —el resultado de un viaje a la India—; es una lírica novela corta de la relación entre un padre y un hijo, basada en la vida del joven Buda.
"El lobo estepario" (1927) es quizás la novela más innovadora de Hesse. La doble naturaleza del artista-héroe —humana y licantrópica— le lleva a un laberinto de experiencias llenas de pesadillas; así, la obra simboliza la escisión entre la individualidad rebelde y las convenciones burguesas, al igual que su obra posterior "Narciso y Goldmundo" (1930).
La última novela de Hesse, "El juego de abalorios" (1943), situada en un futuro utópico, es de hecho una resolución de las inquietudes del autor. También en 1952 se han publicado varios volúmenes de su poesía nostálgica y lúgubre. Hesse, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1946, murió el 9 de agosto de 1962 en Suiza.
Para quienes no lo conozcan o, simplemente, quieran releer "El lobo estepario", aquí les dejo un link que les permitirá bajarlo en formato PDF:
Link para descarga:
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