No tuve que pensar mucho a la hora de elegir el tema, porque una idea se abrió paso en mi mente con total claridad: Portugal.
¿Por qué ese país? Básicamente porque viajar por él fue un placer para mí: es realmente hermoso. Y a un nivel más profundo, porque la sensación de familiaridad que me ganó en muchos de sus lugares, me llevó incluso a experimentar un dejà-vu. Casi nada.
Veamos algunas fotos:
Costa portuguesa
Castillo de San Jorge.
De construcción original visigoda, fue residencia real durante los siglos XIV y XV.
Posee poderosas murallas almenadas con diez torreones. En su interior existe un jardín de estilo inglés, poblado por pavos reales y cisnes.
Catedral de Lisboa.
Los portugueses le llaman "la Sé" a esta catedral, construida originalmente en el siglo XII, refaccionada en 1344 y reconstruida en 1755 (tras sendos terremotos).
Edificio de la Bolsa de Comercio en Lisboa.
Vista de Lisboa en la noche.
Mosteiro dos Jerónimos.
Pequeño puerto deportivo.
Torre de Belém.
Edificio de la Bolsa de Comercio en Lisboa.
Fátima.
Lugar de peregrinación, que todos los días 13 (especialmente el 13 de mayo y el 13 de octubre) recibe miles de fieles, en conmemoración de la aparición de la Virgen a tres pastorcitos.
Vista de Lisboa en la noche.
Mosteiro dos Jerónimos.
Monasterio que constituye obra maestra del estilo manuelino. Fue fundado en 1502 y construido a partir del proyecto de Boytac. Después de 1517 los trabajos fueron dirigidos por Joao do Castilho y el arquitecto francés Chanterene diseñó la decoración renacentista.
La obra fue terminada en 1572, por Diego de Torralva y Jean de Rouen.
Padrao dos Descobrimentos.
Situado frente al monasterio anterior, se puede ver este impresionante conjunto arquitectónico, erigido en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte de Henrique el Navegante.
Su tema central son los descubrimientos y la navegación.
Pequeño puerto deportivo.
Torre de Belém.
Se levantó dentro del río Tajo, siguiendo un diseño de Francisco de Arruda, entre los años 1515 y 1521. La estructura del edificio es románico-gótica, pero la ornamentación cuenta con elementos árabes que le dan un aspecto exótico y misterioso.
Un pequeño tranvía, típico de Lisboa.
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