El aviso causó conmoción en el pueblo, pues todos sabían que había muchos monos en los bosques de los alrededores. Mucha gente salió a cazar monos, mientras otros lugareños se reian de la ocurrencia. Pero no se rieron cuando vieron que el forastero cumplía con su oferta y pagaba puntualmente lo prometido por cada mono a los improvisados cazadores.
Cuando los monos escasearon, el forastero hizo otro anuncio: ahora pagaría veinte dólares por cada mono con vida que se le trajera. Esto hizo que la gente saliera en tropel a los bosques, incluso muchos de los que al principio se burlaban del asunto. Incluso la gente mayor concluyó que el hombre era respetable y tenía palabra.
Una vez más, el forastero pagó sin chistar la suma prometida. Y en vista de que ya era muy difícil encontrar más monos salvajes, elevó una vez más la oferta, anunciando el pago de veinticinco dólares por cada uno.
Esta vez el pueblo quedó casi vacío, pues todos consideraron más redituable abandonar sus trabajos y obligaciones para salir a cazar los valiosos monos. Capturaron todos los monos restantes, volvieron triunfantes y el excéntrico forastero les pagó nuevamente la suma acordada.
El forastero anunció entonces que se ausentaría por unos días y dejaría un ayudante a cargo, no sin antes aclarar que, en vista de que ya era casi imposible encontrar más monos libres en el bosque, estaba dispuesto a pagar cincuenta dólares por cada uno que le trajeran.
Ausente el forastero, la gente intentó sin éxito cazar más monos, simplemente no había más en el bosque. Pero el ayudante a cargo tenía la solución. Reunió a todo el pueblo y les dijo:
"Tengo miles y miles de monos enjaulados que ustedes ya cazaron. Se los vendo todos a treinta y cinco dólares cada uno. Luego ustedes podrán vendérselos a mi jefe por cincuenta dólares cada mono".
Era una oferta excelente. La gente reunió todas las ganancias obtenidas, le sumó los ahorros que tenían y compró todos los monos que el ayudante tenía, a la espera de revenderlos cuando el jefe volviera.
Y desde ese día nunca más volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Pero les quedó, eso sí, una enorme jaula repleta de monos.......que nadie quiso comprar.
¿Les gustó el cuentito?
9 comentarios:
Gracias, entendí perfectamente cómo funciona el mercado de valores en esta primera lección, realmente es más amena de lo que explican los aburridos economistas....
Un beso mex.
Ahora entendi!!juajuajua!!
me quedo clarito!siempre dando el toque docente pelao !gracias!
Besotes!
Ahora entiendo porque Peirano estaba en EE:UU, andaba visitando parientes ...
Argghhhhhhh!!!
Me mataste Pelado. Es tal cual.
Y lo peor es que esa historia rige al mundo en todo sentido.
Beso.
JAJAJAJAJA tremendo el cuento Pela, y me matan las fotos que lo ilustran!!! todo muy didáctico.
Un beso grande!
Pelaíto O_O me has asustado
creo que este cuento iría mejor en el Averno...
el lunes mismo voy a mi banco y saco todos mis ahorros, antes de que desaparezca, el ayudante, su jefe, y la madre que los parió
O_O
Amigos/as:
Creo que es una pequeña historia muy ilustrativa, que no necesita de conocimientos especiales.
Si el tema les gusta, les recomiendo la película "Wall Street" (de la época en que Charlie Sheen era un actor de verdad y Oliver Stone un director comprometido).
Abrazos y besos!!!!!!!
Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja
genial !!!
Adolfo:
Tengo unos monitos para venderte, si estás interesado, jajajjajaja.
¿Será que los seres humanos NUNCA aprenderemos????
Va un abrazo!!!
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