sábado, 8 de enero de 2011
LA CAMPAÑA ANTI-TABACO VIENE DURA
Mark Moody vivía tranquilo en su apartamento, en la ciudad de Nueva York.
Un dia tuvo la mala ocurrencia de fumarse un cigarrito. Y como no quiso embromar a sus familiares, decidió sentarse en el alféizar de su ventana, con las piernas hacia afuera, para luego prender su puchito y fumarlo con tranquilidad.
Casi al toque, aparecieron dos patrulleros. Al parecer, alguien había visto a Mark y procedió a llamar al 911 indicando que un hombre intentaba arrojarse por la ventana. Y por lo visto los agentes no estaban de buen humor, porque empezaron a exigirle al buen Mark que se dejara de pavadas, volviera a meterse en su casa y desistiera de poner fin a su vida.
Por supuesto, Mark no entendía nada. Les contestó de malas maneras a los policías, diciéndoles que tenía derecho a fumar en su ventana, aunque el cigarrillo puede matar potencialmente a la gente.
Evidentemente, los agentes del orden pensaron que el "suicida" estaba loco o que les estaba tomando el pelo.
La cuestión es que, más rápido de lo que lo cuento, los hombres de azul subieron al piso de Mark, tiraron la puerta abajo como lo haría Harry el Sucio, se llevaron al tipo esposado y lo derivaron a un manicomio.
Al parecer, los doctores del loquero hacían su trabajo con tanto entusiasmo como los policías: ni bien llegó, le inyectaron un lote de tranquilizantes como para poner a sestear a Hulk. Y lo internaron "en observación".
Tres días después, Mark abrió un ojo y logró hacer entender su situación a algún empleado coherente del loquero (probablemente la gente de limpieza o mantenimiento). De vuelta en su casa, tomó la razonable decisión de demandar a todos los involucrados.
Los policías declararon que hicieron lo que hicieron porque Mark "no hablaba en forma lógica y parecía totalmente desconcertado".
Pobre tipo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Jajajaj! qué historia!
Vos lo dijiste: POBRE TIPO.
Ya no puede uno ni elegir cómo morirse.
Además de la demanda por dinero, yo pondría ciertas cláusulas como que los policías hieran "algo" con sus cachiporras, los médicos con sus jeringas, etc.
Luxie:
Creo que el hombre no tuvo suerte, pero algún tribunal le va a dar la razón.
Beso.
Mariolo:
No estaría mal como parte de la demanda, jajajjajaa.
Pero mirá que es bravo, ¿eh?
(Las cachiporras policiales son muy grandes y los agentes del orden van a quedar...en fin.... indispuestos por un tiempo!!!)
Un abrazo.
Publicar un comentario