sábado, 14 de enero de 2012

¿Y DÓNDE QUEDÓ EL AMOR?



La educación (o mejor dicho, el endeble y patético sistema educativo) suele ser tópico de conversación en mi país. No es para menos. Las cosas están tan de cabeza que hasta se denunció públicamente a una directora de liceo que intentó (salvaje ella) imponerse ante unos alumnos que, en su propio despacho, mientras se tomaban unos vinos le gritaban cualquier cosa (nótese que incluso la persona que subió el video piensa, con total sinceridad, que es la directora la que está errada y no los alumnos).

No se llegó a la situación actual por casualidad. La dictadura desestabilizó a la educación pública, porque borró toda una serie de contenidos y obligó al retiro o al exilio a gran parte de los profesores en funciones.
Pero después de la dictadura fueron pasando los años. Y si bien al principio quedaba muy bien hablar de la "pesada herencia" y de las "nefastas consecuencias", ahora que transcurrió un cuarto de siglo ya no son argumentos de recibo.

La única conclusión lógica a la que se puede llegar es que al Estado posmoderno no le interesa demasiado la educación. Ni ahora ni desde mucho tiempo atrás. El gobierno de turno (CUALQUIERA que sea) reacciona ante los problemas sólo si estos amenazan lo más preciado: la imagen pública (que ha sustituido a la realidad hace mucho tiempo).
Por caso, ante el episodio de la directora del liceo que mencioné, la respuesta directa del sistema (desde las más altas esferas) fue "bajarle los decibeles al asunto". O sea, quitémoslo de los medios y desaparecerá el problema.

(Es una forma curiosa de entender el mundo y de manejarse en la vida: sólo existe aquello de lo cual se habla en los medios, nada más. Para muchos, funciona.)

El asunto es que el desastre educativo no parece ser sólo local, sino mundial. Lo cual deja abierta la puerta para pensar si será una casualidad o una causalidad.
Ni siquiera los países del Primer Mundo se salvan. En USA ya se pensaba que el sistema educativo estaba por irse a pique, pero ahora parece que la "crisis" ha terminado de redireccionar los fondos públicos y le dio el último empujoncito al abismo.



Por eso me llamó la atención la noticia que voy a compartir con ustedes: una directora de escuela llamó a la Policía cuando vio que una niña de 12 años le dio un beso a un compañero en el patio de recreo.

Semejante ñoñería, en un mundo donde hay millones de problemas, es una muestra de poca capacidad para manejarse. ¿Qué hará el día que se agarren a piñas dos muchachos? ¿Llamar al ejército?

La historia sucedió en una escuela de Florida (USA), cuando dos niñas de 12 años se pusieron a discutir para determinar a cuál de las dos le gustaba más un compañero de clase determinado. Y como para zanjar la cuestión, una de las dos se dirigió al muchachito y le dio un beso. Punto.
La directora, que miraba por la ventana en ese momento, reportó el incidente (¿?) a la Policía.

Demasiado para mí.

2 comentarios:

Mariolo dijo...

Pero doña, vengase por Montevideo y llama a la OTAN como mínimo

pelado1961 dijo...

Muy loca la yanqui, Mariolo.
Creo que si viene por aquí, le da un patatús, jajajajjaja.