domingo, 8 de abril de 2012

LEOPOLDO PRESAS


Leopoldo Presas fue un artista plástico argentino. Aunque en realidad, capaz que podemos apropiárnoslo un poco, porque su madre era uruguaya.
La cuestión es que nació en 1915 en Buenos Aires y ya desde niño mostró gran afición y, sobre todo destreza, para el dibujo.

Recibió una instrucción formal, pero siempre recordaría que la parte "informal" corrió a cargo de sus numerosos tíos (una veintena), que le introdujeron en temas tan variados como los juegos de cartas, las carreras de caballos o el boxeo.


A sus diecisiete años preparó el ingreso a la Academia Nacional de Bellas Artes, mediante clases con el artista Adolfo Sorzio. Y el buen Leopoldo logró ingresar directamente en tercer año, pues había aprobado como alumno libre los dos primeros años.

Diversos problemas hacen que las clases en la Academia tengan poca continuidad, por lo cual el artista toma una sabia decisión: abandona los cursos formales y, con un grupo de amigos, se va a tomar clases con un verdadero maestro, Lino Spilinbergo, en el Instituto Argentino de Artes Gráficas.

Para 1939 ya forma parte del Grupo Orión, de marcada tendencia surrealista. El 20 de octubre de ese año se inaugura la primera muestra de ese grupo, que tuvo un doble impacto en la historia del arte argentino: fue la primer exposición de obras surrealistas realizada en el país, así como la primera en la que participó Presas.


Para 1940, Presas aprende la gran lección de casi todo artista sudamericano: hay que ganarse la vida de otro modo. Abre un pequeño negocio de diseños textiles, luego de un período como empleado en un taller de ese ramo. Se aleja un lustro de la pintura.

Por suerte para Presas, un amigo insistente (el también artista Santiago Cogorno) logra convencerlo de retomar los pinceles. En 1946 realiza su primer exposición individual, con veintiocho obras. Ese año gana un importante premio en el Salón de Artes Plásticas de Bahía Blanca.

De allí en adelante, vendría una sucesión de exposiciones y premios a nivel local. En 1950 viajaría a Europa, visitando España, Italia, Inglaterra y Francia. Lógico movimiento para un artista, se quedaría a vivir en París hasta 1952. Regresó a Buenos Aires, pero siendo un artista internacional. Durante los '50, '60 y '70 crearía incansablemente y expondría a nivel local e internacional, ganando premios, participando de bienales, generando un merecido reconocimiento.

En 1979 decide radicarse en París nuevamente. Permanecería allí hasta 1987. Volvería a Argentina y a ser, en cierto modo, ciudadano del mundo.
Falleció en 2009, con 94 años que lo encontraron creando y exponiendo.

Veamos algo, apenas unos ejemplitos dentro de su extensa obra.

"El flautista y sus musas":


"La crucifixión":


"La espera, luna llena":



"La espera":



"La fiesta":



"Las hermanas":



"Mujer en rosa":



"Puerto":



"Puerto II":




"Sin título":



"Trabajando en el Riachuelo":




En la vida y en el arte todo es cuestión de gustos. Sobre todo en el arte, porque cada quien lo ve a su manera y, generalmente, el artista es apenas el instrumento de una inspiración superior.

El propio Leopoldo Presas lo dijo en cierta ocasión:

"Cada día, delante del caballete, estoy esperando que el milagro se produzca. No dura mucho tiempo, transcurre como un sueño, y hay que estar preparado para captarlo porque se puede perder para siempre."

Imposible ser más claro.

2 comentarios:

Mariolo dijo...

Si bien no es de los que me ha gustado más, de los que has presentado, agradezco mucho, como siempre, el desasnarnos (por lo menos a mi) sacando del olvido a diferentes artistas.

Como decís bien, sobre gustos no hay nada escrito (bah, si, lo hay, pero ... )

pelado1961 dijo...

Yo "arrimo" artistas de todos los estilos y cada quien encontrará los que le gustan.
Por suerte, todos pensamos diferente, jajajajaja.

Un abrazo.