Un turista australiano estaba visitando a un amigo en Tucumán, cuando acertó a pasar por la Plaza Alberdi.
Quedó espantado por la mugre y el estado de deterioro en que se encontraba el lugar.
Hombre de mundo, aseguró que ni en los lugares más pobres de Asia había visto un espacio público tan sucio.
Y no se quedó en la crítica: compró una serie de artículos de limpieza, convocó a su amigo y los vecinos y entre todos limpiaron la plaza. Llenaron 17 bolsas de basura de las que utilizan los edificios. No pudieron solucionar, eso sí, el tema de los bancos rotos o las pintadas vandálicas.
Entre tanto, el director de Espacios Verdes de la municipalidad manifestó estar "sorprendido".
Estará sorprendido de que lo dejara pegado un simple turista...
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