Continuamos recorriendo los íconos de la ciudad que imaginó (y llevó a cabo) Francisco Piria.
Sobre el cerro San Antonio (ex cerro del Inglés) se encuentra la capilla de dicho santo. Se puede llegar en auto, en aerosillas o a pie.
Este santuario se inauguró el 16 de marzo de 1919 y fue obra del arquitecto Pedro Guichot, en tanto la figura del santo era creación del escultor francés Adolfo Beautiers. Cuenta con un pedestal de granito violeta lustrado y revestimiento interior de mármol.
De inmediato se convirtió en un éxito de público. Pasó a ser conocido como "el templo del santo de los novios" y fueron innumerables las parejas que lo visitaron en busca de protección. Por supuesto, como en el imaginario popular se trata del santo al que deben pedir novio las muchachas, es de suponer que muchas solteras de todas las edades le visitaron "por las dudas".
Años después, este templete sufriría un atentado vandálico. Hacia 1930, Piria se quejaba amargamente de este hecho, en el cual destrozaron la puerta de acceso y dañaron severamente la estatua del santo, que debió ser sometida a una prolija restauración.
Hoy en día sigue siendo lugar de peregrinación y pedidos, no sólo referentes a parejas o novios, a juzgar por las plaquetas de agradecimiento que pueblan el templete.
Aunque no seas creyente o prefieras conseguir novio/a por tus propios medios, te garantizo que es un sitio agradable de visitar, contando desde allí con una fabulosa vista panorámica del balneario (las fotos salen buenas por desastroso que sea el fotógrafo, je, je).
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