Y si no, que se lo digan a la policía de la ciudad de Brno (República Checa), que un buen día se vio desbordada por cientos de llamadas de ciudadanos atemorizados. ¿El motivo? Cartuchos de dinamita que aparecían por toda la ciudad, cableados a relojes municipales como el que se ve en la foto.
En el correr de la mañana, a medida que la gente salía de sus domicilios rumbo a sus actividades normales, se fue creando una especie de histeria colectiva y comenzaron a circular todo tipo de rumores.
La policía y las autoridades locales salieron al cruce con sendas declaraciones que intentaron calmar el nivel de ansiedad de la gente, al tiempo que tildaban de insensible la campaña publicitaria, pero al mismo tiempo hacían notar que ninguna ley había sido violada.
Andá a decírselo al equivalente checo de Doña María, que salió a hacer los mandados a la feria, levantó la vista y se encontró la dinamita (¿cómo se dirá "patatús" en checo?)
¿Y de qué era la propaganda? De una empresa informática....
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