TV - CAZADORES DE MITOS

La programación de la TV actual suele ser bastante pobre. Después de recorrer en rutinario zapping alrededor de cuarenta canales, uno suele decantarse por "lo menos peor".

Sin embargo, a veces surge un programa original, que muestra que aún alguien tiene creatividad en la industria televisiva. Ese es el caso de "Los cazadores de mitos" (Mythbusters).

En este programa, dos personajes bastante versátiles (Jamie y Adam) comandan un equipo que rastrea algunos mitos urbanos y tecnológicos, a fin de analizarlos y determinar si son verdaderos, probables o falsos. Y en el proceso, repasan algunos hechos científicos interesantes, además de hacernos reír un rato.

Jamie Hyneman nació en 1956 en Michigan (USA) y creció en una granja. Se graduó en Lengua y Literatura Rusas, desempeñando diversos trabajos antes de fundar "M5 Industries", una empresa dedicada a efectos especiales para el cine y la TV. Es además actor e inventor, patentando diversos mecanismos y artefactos a lo largo de los años.

Adam Savage nació en 1967 en Nueva York (USA). Su padre se dedicaba a la animación y pronto Adam colaboró en sus tareas, prestando su voz a los personajes que creaba. Además, se desempeñó como diseñador gráfico, carpintero, diseñador de sets de filmación y hasta creador de juguetes. Luego se dedicó al negocio de los efectos especiales para cine, trabajando por ejemplo en los episodios I y II de "La Guerra de las Galaxias" y en las secuelas de "Matrix".


El creador del show fue Peter Rees, quien lo presentó a Discovery Channel en el año 2002. Cuando la emisora le encargó tres capítulos piloto, Rees pensó en Jamie como conductor del programa. Y Jamie pensó en Adam como co-conductor, en acertada decisión.

La idea central consiste en evaluar en cada programa dos o tres mitos urbanos, creencias populares o rumores que circulan por Internet. En algunos casos, los hechos a verificar fueron tan complejos, que necesitaron experimentos que abarcaron todo el programa.

Comenzaremos a presentar el equipo de los Cazadores de Mitos, iniciando con alguien que hará las delicias de los filibusteros de El Area 51: Kari Byron, la ayudante de laboratorio que todos quisiéramos tener (¿a que les despierta el espíritu científico?):

Kari nació en 1974 en California (USA) y se decantó por las artes siendo muy joven. Así es que estudió cine y escultura en la Universidad Estatal de San Francisco.

Tras graduarse, comenzó a trabajar como artista, realizando algunas exhibiciones y muestras de su trabajo en galerías locales. Curiosamente, fue esa habilidad la que le permitió trabajar en el campo de efectos visuales para cine: es que muchas veces resulta necesario construir maquetas y modelos a escala.

De allí a trabajar en "Los Cazadores de Mitos" con Jamie y Adam hubo sólo un paso. Y por supuesto que se convirtió en la más popular del grupo de ayudantes (o al menos eso es lo que dice la platea masculina, je, je, je).

Los otros miembros habituales del equipo son Grant Imahara (ingeniero eléctrico), Salvatore "Tori" Belecci (técnico en efectos especiales) y Scottie Chapman (soldadora y trabajadora del metal). También participaban miembros eventuales, así como una folklorista o antropóloga que explicaba el origen de ciertos mitos.

Algunos de los mitos investigados por el equipo han surgido del propio cine. Por ejemplo, Jamie y Adam decidieron que era hora de esclarecer la veracidad de una escena de la película de Errol Flynn, "The Adventures of Robin Hood" (1938), donde se ve al actor, que interpreta en el filme al famoso ladrón del bosque de Sherwood, dividiendo limpiamente en dos mitades, desde la punta hasta la cola, la flecha de un rival insertada en el blanco en un torneo de arco y flecha.

La investigación probaría que la hazaña era un absoluto imposible, ya que no lo logró ningún arquero testeado, ningún miembro del equipo y ni siquiera una máquina ideada para la prueba.

Otros mitos demandan conseguir objetos o equipo altamente inusuales. Por ejemplo, así sucedió cuando decidieron investigar lo siguiente: En la década del 50, supuestamente, un piloto al comando de un avión canadiense Startfighter tuvo un accidente en el que su cabeza primero se prendió fuego y luego voló por los aires.
El mito creado alrededor en su momento sugería que la crema para cabellos que había usado el piloto había provocado las llamas y la decapitación al unirse a otros dos factores: oxígeno extra y un cortocircuito eléctrico.

Detallistas como acostumbran ser, consiguieron un avión US A4 , muy similar al Startfighter, para poder recrear las condiciones en la cabina. Luego, el equipo trabajó en una cabeza de molde a la que le agregaron cabello real y gomina para una de las pruebas y sólo la peluca para la otra. Al final, el experimento demostró que la gomina ayudaba a generar un incendio, pero no había posibilidad de sufrir decapitación.

O sea: mito descartado.

Otros mitos investigados fueron:

• ¿Puede la voz humana romper cristal? - Verdadero.


• ¿El experimento con la cometa de Benjamin Franklin ocurrió realmente? - Experimento: verdadero. Historia: falsa.


• ¿El graznido de un pato no hace eco? - Falso.


• ¿Es posible hacer flotar un barco hundido con pelotas de ping-pong? - Posible


• ¿Puede una moneda arrojada desde un edificio alto asesinar a un peatón? - Falso.


• ¿Un ventilador de techo es capaz de decapitar a una persona? - Falso.


• ¿Sumergirse bajo el agua protege de los disparos de un arma de grueso calibre? - Verdadero.


• ¿Es posible romper una cerradura con el disparo de un arma? - Posible


• ¿Un tanque de gasolina explota al dispararle? Posible

Existen varios mitos de la cultura popular que los Cazadores de Mitos se rehúsan a examinar. Conceptos paranormales, como extraterrestres y fantasmas no son sometidos a prueba porque no pueden ser evaluados bajo el método científico, según ellos (y sospecho que no lograrían arribar a conclusiones definitivas).

Otros mitos que son omitidos son los que atentan contra la integridad física de animales o personas, y que no pueden ser comprobados en forma segura.

Con todo, a veces suceden hechos imprevistos y accidentes: ha habido quemaduras, pérdida de pelo, desmayos, algún incendio y diversas caídas leves, cortes y raspones.

Pero el que se lleva siempre la peor parte es el miembro más humilde del equipo: el muñeco Buster, siempre dispuesto a testear los mitos más peligrosos (bueno, en realidad son mitos casi suicidas, je, je, je).

Buster nació a la vida como maniquí a prueba de choques. Pero su "trabajo" en los Cazadores de Mitos ha sido tan peligroso que ha incluído el disparo de proyectiles, las caídas libres y las explosiones, motivos por los cuales ha debido ser reconstruido más de una vez.

Finalmente mereció un homenaje especial: después de múltiples reparaciones que amenazaban con ser infructuosas, Buster fue protagonista de un capítulo íntegro, su reconstrucción total para dar nacimiento a Buster 2.0.

Esta "reencarnación" de Buster posee una "carne" especial (realizada con silicona a prueba de fuego) y unos "huesos" con mejores uniones y más resistentes que los originales. Aún así, Jamie y Adam no le brindaron mejores condiciones de trabajo: en uno de los últimos capítulos se ve a Buster siendo atacado por tiburones.

En fin, como dirían Jamie y Adam:

"No intenten esto en sus casas !!!!!"