¿FLAMENCO? ¿ZARZUELA? ¿QUÉ ES ESO????

Los montevideanos estamos cada día más cuadrados, qué duda cabe. Y si no creen, lean ésto:

Entré a una de las disquerías principales de la ciudad (si no la principal), con intención de comprarle un disco de flamenco o de zarzuela a mi esposa, ya que le encanta todo lo relativo a la música española tradicional.

Un vendedor me sale al cruce y le digo lo que estoy buscando. Me mira como si le hubiera preguntado por la bomba atómica. No atina a contestarme nada, se da media vuelta y busca a otro vendedor, un poco mayor que él.

Hablan un poco entre sí, se miran y me miran. A estas alturas me pregunto si no entré por error a la farmacia. Pero miro a mi alrededor y hay discos, por tanto es la disquería.
Luego de un poco de suspenso, el segundo vendedor se me acerca. Me pide si le puedo repetir a él lo que estoy buscando. Promete volver y se va a mirar las bateas, más confundido que Adán en el Día de la Madre.

Finalmente, ambos vendedores se rinden y acuden al dueño o encargado, un señor mayor. Este sonríe comprensivamente y evacúa mi solicitud en cuestión de segundos: "No tenemos nada de eso, traemos lo que tiene salida, usted comprenderá".

Claro que comprendo. Es lo mismo que pasa cuando se va en procura de algo especial dentro del jazz, el soul, el blues, la música étnica, el tango, la música clásica y hasta el rock anterior a los '80: NO HAY CASI NADA.

Cuando salía, Shakira y Ricky Martin se reían desde sus posters. No sé de qué, pero se reían.